La cama es sin duda el mueble protagonista en cualquier dormitorio. Elijas una cama con o sin cabecero, lo más importante a tener en cuenta para dar a tu dormitorio un toque especial, es saber elegir y colocar la ropa de cama correctamente para conseguir un dormitorio de revista.
El espacio es importante
Antes de decidirte por un tamaño de cama adecuado, debes medir bien el espacio de la habitación para que la cama respire lo suficiente por ambos lados y puedas moverte cómodamente en el dormitorio. No solo el ancho es importante, sino que elegir un largo de cama adecuado, también te permitirá tener más espacio en los pies de la cama para colocar un banco de apoyo o algún mueble bajo de almacenaje.
Si en un lado de la habitación tienes una ventana o puerta corredera, asegúrate de dejar al menos un metro de distancia entre la ventana y el lateral de la cama para poder abrir cómodamente ventanas y puertas. Ten en cuenta no solo el tamaño de la estructura de cama, sino también el de la ropa de cama, que ensanchará unos 8-10 cm por cada lado la composición completa.
Dejando espacio suficiente entre los pies de cama y la pared de en frente, también tienes la opción de colocar cómodas o aparadores para poder obtener espacio de almacenaje extra en el dormitorio. Si optas por esta opción, ten en cuenta que el alto de estos muebles no debe ser muy superior a la altura total de la cama con el colchón, ya que de ese modo conseguirás una vista global más uniforme y más abierta.
Tipos de cabecero de cama
Si te gustan los espacios limpios y minimalistas, puedes optar por una cama con cabecero. Una cama con cabecero aportará algo de verticalidad, vistiendo la pared del dormitorio sin que haga falta colocar en esa pared otro tipo de decoración.
También puedes optar por una cama con cabecero integrado más bajo, y colocar encima una composición de cuadros o láminas decorativas. Las estanterías flotantes encima de este tipo de cabeceros son una muy buena opción, no solo para conseguir espacio extra de almacenaje, sino también para dar volumen a la pared principal del dormitorio.
Pero si lo que quieres es dar vida a la pared completa, te aconsejamos escoger una cama doble sin cabecero, lo que te permitirá muchas opciones decorativas para la pared principal. Por ejemplo, puedes colocar un bonito papel pintado o vinilo decorativo en esa pared, pintar a media altura en un tono más oscuro e incluso, puedes echar a volar la imaginación y pintar alguna forma geométrica en diferentes tonos para crear un cabecero que sin ocupar espacio aporte volumen.
Elegir la mesita de noche correcta
Elegir mesita de noche es algo que muchas veces nos trae de cabeza, ya que hay múltiples opciones, tamaños y funcionalidades. Lo más importante es pensar en el uso que vas a darle a la mesilla, por ejemplo, si te gusta leer antes de dormir necesitarás espacio para colocar tus libros y revistas favoritos. Si por lo contrario, eres más de sofá y series y solo usas el dormitorio para dormir, puedes optar por una mesita de noche más pequeña o una mesilla flotante que te permita ahorrar espacio en el dormitorio.
Colocar las mesillas de noche a unos 15 cm de la estructura de la cama te permitirá poder hacer la cama con facilidad y, que los edredones y colchas no se vean apretados o encajados.
La altura de la mesilla de noche debe ser como máximo la misma que la de la cama hasta la parte superior del colchón, de ese modo el espacio adquiere una coherencia y, además, te será más fácil tener todo a mano. Puedes elegir la longitud de la mesilla dependiendo del tamaño de la lámpara de noche que vayas a poner. En mesillas pequeñas es aconsejable no colocar bases de lámpara demasiado grandes, lo ideal es que la base y la pantalla no ocupen más de un tercio de la base de la mesilla de noche. Elige una iluminación cálida para conseguir una luz suave en la habitación.
La ropa de cama perfecta
Este es sin duda uno de los pasos más difíciles a la hora de conseguir un dormitorio bonito. Elegir la ropa de cama correctamente no solo hará que tu dormitorio parezca sacado de una revista de diseño, sino que te permitirá, según la elección, hacer la cama de forma fácil.
Lo primero que debes hacer es crear una paleta de colores partiendo de los cojines decorativos. Hacerlo de ese modo te permitirá tener ropa de cama de repuesto en diferentes tonos y cambiar tu dormitorio cada semana para que parezca nuevo. Una vez tengas claro qué tonos van a ser los protagonistas en tus cojines decorativos, puedes buscar ropa de cama en los mismos tonos pero, mucho más suaves que los cojines.
Lo primero que debes hacer es crear una paleta de colores partiendo de los cojines decorativos.
Los tonos de las sábanas bajeras, encimeras y fundas de edredón, deben ser más claros y suaves que el resto de cojines decorativos. Usa sábanas bajeras a conjunto de las encimeras para que cuando la cama esté deshecha, el dormitorio se siga viendo ordenado. Los tonos suaves como el lino o el algodón lavado son ideales para este tipo de ropa de cama.
Coloca una colcha a mitad altura de la cama que tenga algo de textura para aportar volumen a la composición y proteger al mismo tiempo la ropa base de la cama, del polvo o de los posibles roces (niños o mascotas). Encima de la colcha puedes, además, colocar una manta mullida en un tono suave para aportar luminosidad y para usarla a la hora de la siesta sin tener que deshacer la cama.
Si usas edredón nórdico, te aconsejamos una funda que sea reversible. Ahora hay mil opciones ideales para ello, con fundas en un tono por cada lado, un lado liso y otro estampado, en dos estampados diferentes… Eso te permitirá hacer un decorativo dobladillo al edredón para mostrar el otro lado y, además, también te permitirá cambiar de estampado o tono cuando quieras darle un aire nuevo al dormitorio.
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